viernes, 21 de febrero de 2014

SAN VALENTÍN

El viernes pasado, 14 de Febrero, San Valentín, día de los enamorados, al salir del trabajo y desear, como de costumbre  a mis compañeras un buen fin de semana, mi enamoradiza M.Victoria, interesadísima siempre en cuestiones amorosas, me preguntó que iba a hacer para celebrar el día.

Evidentemente ella se refería a que iba a hacer con mi marido así que se rió mucho cuando le contesté que había quedado con mis amigas para tomar un café, ponernos al día de nuestras cosas y, como no, criticar a nuestros maridos.

Y así fue.

Como siempre que nos reunimos, dedicamos un tiempo y unas palabras a los hombres con los que compartimos la vida. Palabras a veces airadas y a veces tranquilas, a veces rabiosas y a veces tiernas, a veces desdeñosas y a veces cariñosas. Palabras que han llegado a ser incluso amargas y en alguna ocasión han estado cargadas de admiración.

El viernes, tal vez porque era San Valentín o quizás porque somos algo más ... digamos, "veteranas" en esto de las relaciones que la última vez que nos reunimos fuimos muy benevolentes con ellos y en todo momento nuestras quejas estuvieron impregnadas de cariño. Sin entusiasmo y sin pasión, como nuestra propia celebración de San Valentin, sin festejo ni regalos, pero sí con esa calidez que sólo el paso de los años, la convivencia y las experiencias compartidas confiere a las relaciones. Ese aceptarte como eres y no como yo quiero que seas, aunque a veces me fastidie y me fastidie mucho que no seas como yo quiero.

Y para demostrar lo mucho que los queremos dimos por concluida nuestra reunión haciendo un brindis por ellos, por su felicidad, deseándoles de corazón ..... QUE NUNCA SE QUEDEN VIUDOS!