lunes, 2 de febrero de 2015

SEVILLA

Este año nuestra consigna era: descansar hasta que tuviéramos la necesidad de hacer algo, reir hasta que nos doliese la tripa, cotorrear hasta que tuviéramos la boca seca y soñar, soñar y soñar......hasta perder de vista alguna que otra realidad.

Nuestro fin de semana de desconexión anual se había hecho esperar por causas de fuerza mayor pero, con unos meses de retraso, desafiando al viento y al frío, ya estábamos otra vez camino de un nuevo destino, desde Barcelona, desde Gerona y desde Granada.

Quizás por eso, este año, por fin, íbamos a Sevilla, ciudad alegre y desenfada, tranquila y dicharachera, amable y acogedora.

Pero quizás también por eso, tardamos más en conectar con la desconexión.

Y aunque no descansamos cuanto hubiéramos querido ni reímos lo que hubiéramos necesitado ni cotorreamos más de lo imprescindible ni la desconexión nos alcanzó esta vez para soñar, sí volvimos a convivir durante unas horas lejos de toda responsabilidad.

Y es precisamente por eso, porque Sevilla se nos ha quedado corta que este año vamos a necesitar más. Aún no sabemos donde ni cuando pero donde sea y cuando sea, el objetivo seguirá siendo descansar, reir, cotorrear y, por supuesto, soñar!