No puedo soportar a la gente con la que no sabes a que atenerte. Coincides un día con ellos en el ascensor y te "meten en el alma". Al día siguiente te los cruzas por la calle y te giran la cara.
Tengo unos vecinos que personifican lo que estoy describiendo en su más extrema manifestación y me disgusta enormente coincidir con ellos porque no sé nunca cuando me van a dejar con la boca abierta. Precisamente esta mañana, ella, con la niña (que no sé a quien se parece porque es "permanentemente" simpática), esperaba que él acercara su coche a la puerta cuando yo sacaba el mío del garaje. Se ha hecho a un lado al ver abrirse la puerta y cuando la apertura amenazaba con dejar al descubierto mi cara, ha girado la suya.
Entiendo que todo el mundo tiene un mal día, o un período difícil, pero no entiendo esta actitud. Es más, pensandolo bien, creo que debe resultar verdaderamente incómodo estar pendiente de tu hija, de su mochila, de tu bolso y de tu marido que llega, al tiempo que escondes la cara esperando que la vecina acabe de sacar su coche del garaje, espere a que se cierre la puerta y decida largarse a trabajar para poder levantar de nuevo la cara. Lo dicho, realmente incómodo!
Debería probar a mantener la cabeza alta, sonreir y dar los buenos días. Más corto, más sencillo, más agradable para mí, e infinitamente menos estresante para ella. Creo yo.
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