Lo siento pero no, no puedo explicar la historia del idiota.
Y lo siento, porque es muy divertida pero no me parece correcto ya que, a pesar de que, en muchas ocasiones, he intentado decirle al idiota lo idiotas que me parecen muchas de sus actuaciones, siempre encuentra un motivo que justifica y hasta dignifica lo que a mi me parece una idiotez.
Además, como todo en esta vida es relativo, ¿quien me dice a mí que no es el idiota el que está en lo cierto? No, sinceramente no lo creo, pero eso no quiere decir que no pudiera ser.
De todas formas, estoy segura de que el interés que haya podido provocar una historia oculta tras tres líneas se debe, por un lado, a simple, llana y humana curiosidad y, por el otro, al deseo de confirmar que todos tenemos algo de idiotas.
Porque, ¿quién no ha actuado alguna vez (y hasta muchas), sin pretenderlo, como un idiota?
Y, ¿quien no lo ha hecho a conciencia, sabiendo de antemano que sus actos iban a constituir una verdadera idiotez, pero ha seguido adelante con ella, justificándola a posteriori una vez conseguido el propósito que la provocaba?
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